A las buenas tardes. No tengo mucho tiempo, así que voy a ir directa al grano (no literalmente. EW).
Voy con otra crítica de otro producto cosmético.
En este caso, el serum/aceite de argán y ambar de Montibello.
Tengo el pelo muy seco últimamente, y le pregunté a la peluquera qué podía echarme para que se me quedara más suave (me había echado mascarillas de todo tipo y nada. Sí, nada más salir de la ducha, con el pelo mojado/húmedo perfecto, pero en cuanto se secaba... MEH). Mi peluquera, como buena peluquera que es (no, en serio), me dijo que lo que estaba yendo muy bien era el aceite de argán (os sonará, porque ahora lo nombran por todos lados).
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| Qué bonico es el botecico. No me digáis que no. |
Como estaba en oferta ese mes, allá que fui yo a comprarlo. Me costó 20 euros. Sí, asusta un poquico, pero esperaaaaaaaad.
Hay que darle solo dos veces al pitorrito (aka dosificador, pero personalmente prefiero llamarlo pitorrito). Eso si tenemos el pelo medio-largo. Si es corto, solo una, y con eso ya hay para todo el pelo. Se echa primero bien de medios a puntas y luego lo poquito que quede en la raíz, para no engrasarla. Y las manos después se quedan super suaves (aunque da la impresión de que estás pegajoso, pero no).
Se usa con el pelo húmedo, aunque con el pelo seco también se puede utilizar. Casi mejor con el pelo húmedo, que parece que se aplica y se absorbe mejor.
Yo lo vengo usando después de la ducha (me lavo el pelo día sí, día no) casi un mes entero, y lo noto más suave que antes.
O sea, que dejando de lado el sablazo de 20 pavos que te meten de buenas a primeras, merece la pena. Primero porque funciona, y segundo porque hay que echarse tan poquito que el envase puede durar fácilmente de año a año y medio.
